miércoles, 11 de agosto de 2010

Yo no entiendo a la gente qué se enamora, de hecho ni siquiera sé de qué se enamora la gente que se enamora.
Citaré pues la sabias palabras de Rojas.
¿Qué se ama cuando se ama?

Si bien yo me he enamorado una y otra vez de escritos, de comidas, de objetos, de canciones, de olores, de sensaciones, de días, de noches, de momentos felices, de momentos tristes.
Yo no entiendo a la gente que se enamora de otra gente.

Dicen por ahí que no hay sentimiento más bello, más puro, más leal que el amor recíproco.
¿Qué se ama cuando se ama?
Yo me enamoré una vez, dos veces infiitas veces, del niño que pasaba, del hombre que sonreía de la mujer que me acompañaba.
Yo me enamoré perdidamente de un hombre en especial, de "ese" hombre que sabe que me enamoré de él, como se enamoran los enamorados. Que se dan la mano y gritan en público su amor eterno.
No soy de las constantes, no soy de las inconstantes, no soy la de las vanalidades, no soy de las pretenciosas, sólo soy y si, sólo soy, de las que no se pueden enamorar perdidamente, porque aún no puedo entender bien esa palabrita, ese sentimiento "amor".

Claro que vivo enamorada constantemente, de una muchachita, pequeña pequeña, enorme, fría y distante.
La miro y parece tan eterna, tan entera de albedrío, tan llena de ideas, tan completa de significados.
Ella es la única quien verdaderamente me ha hecho amarla entera por ser como es, entenderla como es, buscarla por ser como es.

Me enamoro cada vez que me visito a mi misma, y me huelo, y me miro, y tengo relaciones conmigo misma.
Me enamoré perdidamente y no de otra gente sino de mi misma, yo misma me enamoré de mí.