miércoles, 11 de agosto de 2010

Happy poor

Un reencuentro motivante con las palabras aparece en mí, desde hoy a las 8:15 de la mañana, cuando me despierto instintivamente a deshacerme de los versos nocturnos que crea mi cabeza, al imaginar las aventuras ocultas, las sensaciones furtivas que deja una acalorada noche a la interperie de mi habitación, desolada, magullada, abandonada.
Me es grato vivir así.
Me recuesto en un colchón haraposo tendido en el suelo y mis lujos no constan más que en una manada de libros leídos, otros que esperan ser leídos, y otros que no pretendo leer, una guitarra y otra con medias cuerdas.
Qué más puedo pedir, si lo tengo todo en el nido que me arropa tan amorosamente.

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