lunes, 17 de mayo de 2010

Y tú me pides que te elija,
cómo si no tuviera ya suficientes cosas que elegir,
zapatos,
ropa,
libros,
música,
vida o muerte,
fumo no fumo,
tomo no tomo,
peco no peco,
te beso no te beso,
te abrazo no te abrazo,
te olvido o te recuerdo,
como o no como,
duermo o no duermo.

Y tu me pides que te elija,
como se elige cualquier cosa que se compra en el mercado,
como se elige el pan de entre muchos panes más,
como se elige un sólo fósforo dentro de la caja llena de fósforos a la espera de que alguien como yo los elija.

Y tu me pides que te elija con motivo de qué,
con efecto de qué.
Y si fueras fósforo juro que te elijo, porque me prendes entera,
y si fueras pan, claro que te elijo porque me sacias de maneras incalculables.
Y tú me pides que te elija como si no tuviera ya muchas cosas que elegir,
Pero te elijo y me quedo contigo,
sin temor, sin pavor.
Al menos en mi cabeza,
te elijo de entre todas las ideas que rondan
mi apabullado pensamiento.