Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Llegando a mi Itaca

Luego del viaje de ida que duró excatamente 18 años voy entrando nuevamente en el sendero de mi Itaca, me estoy desplegando por sus valles, la magnificencia me tiene estupefacta.
Itaca, Itaca, Itaca, me he mantenido despierta por las deidades del camino rojo, también las distracciones que me han mantenido alejada de ti.
Pero por fin diviso a la lejanía tu empedrado de roca gris, tu entrada que me vio salir y ahora observa mi retorno.
Por fin estaré en mi Itaca.

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