lunes, 13 de septiembre de 2010

Ternura

Cuando veo a los viejitos en el metro con chalequitos de lana típicos de abuelitos, me imagino a las viejitas lavándoles la ropa con detergente.
Me imagino entonces a los abuelitos con olor a detergente, me da tanta ternura.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Jesús aún nos ama

Cuando éramos niños y creíamos que en el barro no habían más que pasteles imaginarios que podían comerse en el aire.
Cuando no descubríamos aún que las mentiras blancas, rojas y negras terminan siempre en la misma mezcla oscura de lágrimas saladas que acaban por romper todo, perder todo y morir en todo.
Eran niños inocentes los que jugaban aún a perderse entre las sábanas a encontrarse en la oscuridad de un cuarto, como si fuera un bosque denso.
Eran niños perversos, los mismos que jugaban los mismos juegos de la inocencia, pero esta vez en las manos ensangrentadas, buscando otras sombras y encontrando otras formas.
A pesar de todo sé que Jesus aún nos ama.
Pues si fue un niño, jugó y descubrió lo mismo que tú y que yo.
Mintió, robó, tocó, besó sino supongo que realmente era un niño enfermo al cual me habrían dado ganas de abrirle la cabeza sacarle los sesos y cambiarlos por los de un pato.
Qué triste Jesús sin perversión, que aburrida teoría.
Mejor imaginarlo como director de cine gore y escribiendo historietas XXX.
Simpáticamente emocional.
Jesús nos visita hoy a la hora del té, igual que siempre lo ha hecho, igual que siempre.