Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.

jueves, 20 de noviembre de 2008

El punto final de todo esto, es que tu hombre yo mujer.
Nos atraemos como abispas a la carne, abejas a la miel,
nos gustamos como arena al mar,
nos mezclamos como azúcar en té.

Tú hombre y yo mujer como las costas de la tierra,
como está dispuesto y escrito desde un principio.
Y así será que yo mujer te amaré, hasta que mis huesos se perforen uno a uno y la sangre convierta en eternos coágulos de amor a ti.

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