Miró abajo y retrocedió para no perturbarla.
La niña encogida chillaba,
en su mano derecha una piedrita, en la izquierda la suciedad del suelo.
Se aferró a las largas piernas del hombre, presionando sus testiculos con su cabecita húmeda en sudor.
Él retiró la piedrita de la mano, guíandola a su pene.
La niña dejó de llorar.
6 comentarios:
Me asusta esto.
Qué oscuro se vé todo.
Genial.
ich weiss nicht was kann ich sagen, ich bin sehr überrascht, aber Sie wissen dass ich immer neben sie sein werde.
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