Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.

sábado, 7 de febrero de 2009


Qué linda voz proviene de ti, cuando ríes sarcásticamente sobre la inocencia que he prometido llevar por la eternidad.

De seguro y a jurar por tus caricias, no tienes buena visión sobre eso, no te niego que me angustia un poquito.

De todos modos cuando estamos en “eso” me preguntas alegre ¿Te la meto?

Y yo te respondo OK.

1 comentario:

Maximiliano dijo...

Oh! que coincidencia, ¿no?
¬¬