Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.

domingo, 1 de febrero de 2009



Busco un motivo en mi cabeza para no pensar en ti.

¡No hay autoconvencimiento!

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