Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Y si del puro asco vomito los fetos no engendrados en mi vientre podrido.
Siento ganas horribles de vivir en la putrefacción de mi interior.
Odio el tener, odio no tener.
Odio sólo odio.
Reverencio la supremacía de lo diáfano y rechazo la hipocrecía de lo oscuro.
Transpiro odio y por mis poros sólo puede brotar olor putrefacto de los fetos podridos en mí, de mí, de mi odio.
A ti, al mundo, a tu padre y a tu madre a tus tíos y... abuelos, perros, gatos, odiar por sobre todo me da la alegría de odiar-te a ti y a mi como si nada importara más.