Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Ternura

Cuando veo a los viejitos en el metro con chalequitos de lana típicos de abuelitos, me imagino a las viejitas lavándoles la ropa con detergente.
Me imagino entonces a los abuelitos con olor a detergente, me da tanta ternura.

2 comentarios:

Joaquín Jesús dijo...

Yo me pregunto qué hace que esos abueletes se levanten todos los días de la cama para coger el metro.

jomacargo dijo...

oye! yo huelo a detergente también!