Quieren entrar en mí como en un túnel de salvación,
Entonces Lemebel abraza mi oído y me recuerda que… La música y las luces nunca se apagaron.
La gente desesperada empieza a valorar lo que creía ajeno.
Lo cierto es que no te abrazas a la vida, sino que a la gente y me recuerdo de aquel, ése que marcó mi historia con la suya y que aún me une a él. No sé si llamarlo Sábato o Castél.
Me encuentro perdida en una realidad ajena, que resulta ser ciertamente la mía.
4 comentarios:
Sinceramente, la literatura a veces afecta un poco la siquis...
¿Por qué tan perdida? ¿En qué estás?
Entiendo lo que que quieres decir, es dificil "luchar", con algo que crees que no te pertenece, cuando al fin y al cabo te das cuenta que el lugar que crees que no es tuyo y al que no perteneces es el lugar en el cual debes estar.
Saludos!
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