jueves, 23 de octubre de 2008

Simplicidad

Se detiene un sólo segundo diariamente. Sólo un segundo basta.
Una pregunta sencilla, la respuesta lo es aún más.
Mira el cielo y pregunta, tendré los zapatos desabrochados?

Y listo. Stop.

La pregunta ya pasó, el segundo ya pasó... y sigue.

Se preocupa de sobremanera por la atenuante y perseguidora mirada de la gente.

Pero aún así no atina a mirarse los zapatos.

Se detiene nuevamente, mira alrededor timidamente. Y de nuevo la interrogante. De sobre manera es incontenible la neurosis que provoca en él el temor de llevar los zapatos desabrochados.

Él, tan destartalado como siempre, preocupado meramente sobre la apariencia de sus zapatos.

Había olvidado de puro descuidado que había salido sin pantalones. Y el muy, andaba preocupado sobre lo mal que se veía ante las miradas ajenas que tuviera los zapatos desabrochados.

3 comentarios:

Sherezade dijo...

BUENO MARTA, YA TE LO DIJE: ME GUSTA TU POESÍA.

DE TODO LO DEMÁS QUE HABLAMOS, ALGÚN DÍA NO SERÁ POR INTERMEDIO DE NINGÚN CABLE NI APARATO ELECTRÓNICO.

QUIZÁS ALGÚN DÍA SOLO HAYA UNA BOTELLA ENTRE NOSOTRAS...

BESOS!

Gore dijo...

ah marta de los rubios cabellos ... marta la de la poesía, marta la del canto, marta , marta, marta
La que si escribe.

Unknown dijo...

A veces tener los zapatos desabrochados es una mejor preocupación que pensar en un futuro, que no sabemos si nos mira con cara de buen o mal amigo.
Cuidate