miércoles, 28 de marzo de 2007

Vida

Lo que a mi parecer era estúpido y sin sentido,

Era mi vida.

Que era así,

Así misma como me parecía.

Estúpida y sin sentido,

Como quien la lleva por vida. Yo

Mi erudita y apetecible vida,

Devastaba una y formaba otra.

Sola o acompañada daba lo mismo, lo hacia y ya.

Y con ferviente sensación, lo hacia.

No me arrepentía de nada.

Porque la vida era estúpida y sin sentido. No la mía,

Esta vez era la tuya.

La tuya, las suya, la vuestra.

Tan sin sentido como lo es la mía,

Aquellas noches,

Con interminables intentos de suicidios,

Que no soportaron mis manos cansadas y que se rindieron,

Antes de lograr la muerte.

¡Oh aquella muerte!,

La vida de los muertos,

La esperanza de los vivos

Aquella que aparece así sin más ni nada,

Llevando a justos y pecadores por igual

De mí deshojada juventud fui perdiendo lo más valioso de mí,

Aquello que unos llaman vida,

Y que para mi no ha sido más que un castigo.

Maldito mi suplicio y mi repetitivo intento por acabar con ella,

Valiosa la lucha que ha ganado la infeliz.

Y no se rinde y yo ya no la quiero,

Pero no me deja.

Cuántas veces tendré que tratar de arrancármela,

Como quien arranca una espina de su adolorido pie.

Adoloridos y cansados pies los míos, entonces.

De los cuales no he podido arrancar ni un mísero extracto de vida.

Ni una mísera punta de espina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
HombreConejo dijo...

esa misera punta de espina, nunca la cas a sacar, si no te propones bien lo que haces, tus manos no se cansaron se arrepintieron de hacerlo, tan solo tu mente es la que quiere verte muerta, pero tu cuerpo, sabe que estas muerta en vida, como yo, y por eso es que no has sacado ni una punta de las espina, por cada segundo que pasa esta mas afuera por si sola