Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi
condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la
locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura
Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.
lunes, 21 de julio de 2008
Tu fragilidad medio lenta, entra por la boca, se pasea por las pestañas.
Tu amor vuela como mosca envenenada.
Sin querer te pienso Por debajo de las mantas, como quien piensa un alma abandonada.
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