Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi
condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la
locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura
Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.
Cómo podría culparte por nunca haberme entendido, si ni yo misma soy capaz de entenderme.
Pero si, te culpo, porque es necesario que haya un culpable y definitivamente no seré yo.