Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.

lunes, 6 de julio de 2009

El túnel

Quieren entrar en mí como en un túnel de salvación,
Entonces Lemebel abraza mi oído y me recuerda que… La música y las luces nunca se apagaron.
La gente desesperada empieza a valorar lo que creía ajeno.
Lo cierto es que no te abrazas a la vida, sino que a la gente y me recuerdo de aquel, ése que marcó mi historia con la suya y que aún me une a él. No sé si llamarlo Sábato o Castél.
Me encuentro perdida en una realidad ajena, que resulta ser ciertamente la mía.