Escribo porque no sé permanecer en silencio. Porque la palabra es mi carne y mi condena, y porque a veces la única manera de no enloquecer es dejar que la locura hable por mí. No busco respuestas, solo temperatura. Soy Laura Desamparada: lo que queda cuando el alma hierve demasiado.

lunes, 6 de abril de 2009




Y aun así, temiendo por mi muerte no dudo en seguirte o buscarte para poder contemplar tu pálido rostro un instante breve a través del vidrio de mis anteojos.